15 Sep EL RETABLO DEL ALTAR MAYOR DE LA CONCATEDRAL DE CASTELLÓN

Al concluir un trabajo de cierta envergadura, todo pintor se pregunta: ¿ha valido la pena? En eso estoy en estos momentos. Trece años justos desde que comencé el proyecto del Retablo del Altar Mayor de la Concatedral Santa María de Castellón, cuya evolución puede seguirse en el libro editado por la Diputación de Castellón -acompañado de un magnífico vídeo de Paula Traver Navarro, mi hija- que en fecha próxima va a ser reeditado con la incorporación de los cuatro últimos cuadros.

Hoy, hace un rato, a la vista del retablo ya completado, la reacción del público parecía dar una respuesta afirmativa a la pregunta que encabeza esta nota:

¿El retablo gusta por su efecto decorativo? La belleza de la técnica del temple en cuanto a luminosidad y colorido solo es comparable con la de la pintura al fresco.

¿Aporta algún motivo de reflexión, paz, reencuentro espiritual con uno mismo, esperanza, etc.? Ya he visto a alguien arrodillarse delante del retablo y rezar, pensar, tal vez sentir.

¿Aguantará el paso de los años?, ¿será útil? Con esa esperanza dejo atrás este proyecto y me abro a lo que ahora pueda venir.

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Retablo del Altar Mayor de la Concatedral de Castellón